Sigue la transcripción de las palabras de Julio Gambina:

 

Soy Julio Gambina, transmitiendo para el sistema de comunicación del SME el sindicato mexicano de electricista y el ESNA , encuentro sindical nuestra américa. El tema es el golpe de estado en Bolivia. Es un tema muy preocupante para la historia de América Latina, para el sistema mundial, nosotros venimos comentando la importancia que tienen las movilizaciones populares, las protestas en chile, por que impugnan precisamente las políticas neoliberales aquellas que empezaron a desarrollarse con el golpe militar en chile en 1973, ese ensayo que se desarrolló con violencia con terrorismo de estado en las dictaduras militares del cono sur de américa y que luego se proyectaron como hegemónicas a escala mundial y en lo que hoy gobierna, porque las políticas neoliberales son hegemónicas en el sistema mundial.

 

Hoy vemos con mucha preocupación que ya no sólo se trata de los llamados golpes blandos en Honduras, en Brasil, en Paraguay, sino que lo que tenemos ahora es la intervención directa como lo ha calificado Evo Morales en su renuncia: de un golpe político cívico policial, donde las fuerzas de seguridad las fuerzas armadas han pedido la renuncia del presidente. Es la intervención nuevamente de aquellas organizaciones del estado que portan armas y que incluso generaron una condición de vacío de poder, para que las fuerzas violentas reaccionarias, comandos cívicos, actuaran amedrentando la población, incendiando domicilios, amenazando a funcionarios del gobierno plurinacional de Bolivia, incendiando la casa de la hermana del presidente evo morales. Por lo tanto, una situación de violencia explícita para condenar el sentido principal de las políticas llevadas adelante en Bolivia en los últimos 13 años.

 

Hoy se ha perpetrado un golpe de estado, y esa es la razón de las renuncias de Evo Morales, de Álvaro García Linera y otras autoridades. Hay un vacío de poder en Bolivia, hay cacerías de funcionarios, dirigentes sociales, políticos del estado plurinacional de Bolivia. Hay una situación muy grave, es reconocida la intervención e injerencia internacional, principalmente estadounidense, para favorecer este proceso de intervención en los asuntos internos de un país como Bolivia.

 

Evo morales y García Linera eran presidentes y vicepresidentes legítimos de un gobierno electo popularmente, bajo el régimen constitucional del Estado Plurinacional de Bolivia, y se ha procesado esto con mucha fuerza luego de las elecciones en que Evo Morales y García Linera ganaron las elecciones en primera vuelta. Una situación de violencia inusitada, y el objetivo es modificar sustancialmente los logros conquistados en estos años de gobierno. Evo Morales, en su renuncia, dice: ‘los pueblos de América Latina nada pueden esperar del orden capitalista’. Por eso es importante ubicar esta situación y tener en cuenta el golpe de estado, de la emergencia de estas políticas que hoy consideramos hegemónicas neoliberales; el neoliberalismo es la política hegemónica del capitalismo contemporáneo.

 

Por eso es grave Bolivia, porque ya no se trata sólo de golpes blandos, ya no se trata sólo de algunas mentiras mediáticas, sino de un accionar violento decidido, explícito para modificar la política de nacionalizaciones llevada adelante desde el 2006, que es lo que ha permitido el desarrollo de una economía del estado plurinacional para generar las condiciones de la política social de distribución del ingreso, de estabilización macroeconómica. Pero también tenemos que ver que es un aprendizaje político muy importante el poder comprender que no alcanza con la estabilidad macroeconómica; que se requiere desarrollar mecanismos de autodefensa de la sociedad para sostener las conquistas, para sostener los logros, sino procesos de desestabilización como estos e iniciativas de tipo penal que actúan sobre fuerzas de seguridad, sobre fuerzas armadas, generan situaciones como esta que estamos sufriendo.

 

En este momento, en Bolivia lo que corresponde es la denuncia a todo nivel, como está ocurriendo ahora por parte de gobiernos, de movimientos populares, de movimientos sociales en toda América Latina y el Caribe y en el mundo para frenar el baño de sangre. Ese es el principal objetivo que se plantearon presidente y vicepresidente legítimos del Estado Plurinacional de Bolivia en sus renuncias: ‘renunciamos para que no haya baño de sangre’. Ese fue el planteo oportunamente realizado.

 

Por eso es importante potenciar la denuncia del acontecimiento. Noam chomsky ya anticipó, un día antes de perpetrado el golpe, que EEUU estaba detrás, o de un golpe estado, o incluso de ir por la vida de Evo Morales, por un magnicidio. Estamos hablando de un intelectual de amplio reconocimiento a nivel internacional, que, 24 horas antes de producido el golpe de Estado, nos estaba anticipando la situación; qué es lo que les interesa a EEUU, al poder mundial, les interesa en este tiempo de impugnación de las políticas neoliberales en Chile, en Ecuador, en Haití, incluso ahora con la libertad de Lula, o con la impugnación electoral generada en Argentina contra el gobierno de Mauricio Macri, o con el cambio de gobierno sobre fines del año pasado en Mexico, para que haya una nueva experiencia el gobierno de las 4-T.

 

La revolución de las 4 -T está mostrando que estos procesos de cambio que se vive en América Latina para terminar con la hegemonía neoliberal del orden capitalista e intentar un proceso de transformación social, que asegure perspectivas emancipadoras, es lo que preocupa el poder. Una Bolivia que estaba rodeada con este clima de protestas y movilizaciones en los países que circundan a Bolivia es un tema muy delicado, y por lo tanto el imperialismo y las clases dominantes en Bolivia, en la región y en el mundo, no podían permitir que se consolidara un periodo más de gobierno del Movimiento Al Socialismo y que se avanzara en estas políticas de impugnación al orden capitalista. Por eso corresponde la denuncia, la solidaridad con el pueblo, y luchar para que el baño de sangre que se desarrolló (y se continúa) en Bolivia tenga fin.

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