Acaba de difundirse un Informe del Banco Mundial1 (BM) sobre la situación en América Latina y el Caribe dando cuenta de cambios sustanciales en la economía mundial, especialmente la baja de precios de las materias primas, y por lo tanto, sugiere que “Volcarse a consumidores externos será crucial a la hora de impulsar la actividad económica.”

Es una sugerencia muy curiosa, cuando al mismo tiempo se indica que “el mundo parece encaminarse en la dirección contraria, dado que el nivel de comercio mundial se está aplanando o incluso disminuyendo, afectado por una contracción en el volumen de las importaciones chinas y de Asia oriental en general.”

Se trata de la antigua receta de inserción subordinada sustentada por los organismos internacionales, ahora bajo el título “El gran giro: restaurar el crecimiento a través del comercio”.

Hace tiempo, un 12 de octubre se inició la inserción subordinada de la región en el capitalismo mundial, y el libre comercio era la bandera sustentada por las clases dominantes de entonces y de ahora. La colonialidad se impuso y desarrolló bajo el sistema capitalista y el imperialismo contemporáneo.

Inserción mundial subordinada

La recomendación del BM enfatiza la intencionalidad de orientar la producción hacia el mercado mundial antes que al mercado interno. El organismo intenta que se abandone cualquier orientación que haya estado sustentada en satisfacer las demandas internas vía distribución del ingreso.

Aun reconociendo la “mejora social” en el auge de los precios de las materias primas, demanda ahora ajuste e inversión para las exportaciones.

Por eso el informe alude a “buscar consumidores en el exterior”, e induce la
necesidad del “ajuste macroeconómico” para equilibrar las cuentas fiscales.

Son recomendaciones en un marco de desaceleración y recesión, ya que el BM
destaca la baja del PBI regional del 0,5% en 2015 y del 1,1% en 2016 para
pronosticar un crecimiento del 1,8% para el 2017, si es que se siguen las recomendaciones del organismo.

En la región se destaca a México, centro América y el Caribe por su asociación con EEUU, y el Sur de la región, los países modelos son Perú, Chile y Paraguay,
animadores del retorno a las políticas neoliberales y de liberalización del comercio y la inversión, cuestiones claves en las negociaciones por diferentes tratados de libre comercio. Entre estos, la Alianza del Pacífico, el Tratado Trans Pacífico, el TISA, e incluso la siempre reiniciada negociación entre el Mercosur y la Unión Europea.

Los objetivos de la dominación y los desafíos para la SEPLA

Los objetivos del BM apuntan a consolidar la ofensiva capitalista expresada en los cambios de gobierno en la Argentina y Brasil, en sintonía con otros episodios previos en la región, Honduras y Paraguay, para retomar la agenda de la liberalización e inserción subordinada de América Latina y el Caribe en la transnacionalización del capital. En esta tarea, las nuevas fuerzas políticas han echado mano de las peores prácticas de autoritarismo e intolerancia, espiando a sus poblaciones, reprimiendo e impulsando campañas contra la paz. Estas fuerzas han asumido la tarea de eliminar las contradicciones presentes en los gobiernos previos, resolviendo siempre en favor de las clases dominantes.

Es una cuestión convergente con la presión por separar a Venezuela del Mercosur, si no se adecua a las normas hacia el 1 de diciembre. La abstención uruguaya convalidó la decisión compartida de Argentina, Brasil y Paraguay para desvincular a Venezuela del organismo, como parte de una agresión e iniciativa de deslegitimación que impulsan las clases dominantes en el ámbito mundial.

Nuestra América necesita discutir el presente y el pasado reciente derivado de los cambios políticos en este Siglo XXI, pero no en el sentido sugerido por el BM, el FMI y otros organismos internacionales, o sobre la base de las presiones de las clases dominantes y el programa liberalizador de los grandes capitales transnacionales.

Lo que se necesita es un balance sobre los límites de los procesos recientes y en curso de cambio político, junto a la necesidad de avanzar en profundos cambios económicos, que modifiquen las relaciones sociales de producción.

Solo así puede pensarse en resolver las múltiples necesidades sociales insatisfechas.

Resulta imprescindible desde la SEPLA contribuir a ese debate articulando movimiento popular y pensamiento crítico para habilitar un nuevo tiempo de acumulación de poder popular para la transformación social.

Nuestra América, 13 de octubre del 2016

Ver o comunicado de SEPLA em resposta ao Banco Mundial em pdf

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