¿Cooperación estadounidense para normalizar el capitalismo local?

La economía argentina se viene ralentizando, viene creciendo más lento, y es muy probable que se acompañe lo que está aconteciendo internacionalmente, el rumbo hacia una recesión. La recesión implica menos capacidad de producir, por lo tanto, menos para distribuir, agravando la situación de inequidad y desigualdad en la distribución del ingreso y de la riqueza. Si ya es un problema la pobreza, la desigualdad, la baja de salarios, el desempleo, la flexibilización, la caída de la producción más la inflación, agudizará todos esos problemas. El horizonte de aumento de la conflictividad social no es un dato menor y cuenta en las perspectivas de objetivos para “normalizar” el orden local. Alejar el con está en el interés de las clases dominantes, por lo que reducir la inflación resulta imperioso. En el marco de estas condiciones internacionales y nacionales, de inflación y recesión, el gobierno está intentando superar lo que consideran el principal problema: la inflación. El Ministro de Economía explicó en estos días que, si no baja la inflación de manera importe, no se ganan las elecciones presidenciales del 2023. En simultáneo, preocupa también el acuerdo con el FMI, que exige reducir el déficit fiscal e incrementar las reservas internacionales…
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La remarcación de precios es una cuestión de poder

No hay duda de que la principal preocupación de la economía argentina, sobre todo para la mayoría de la población de bajos ingresos, es la elevada inflación, resultado del proceso de remarcación de precios, una cuestión de poder. Desconocemos aun el índice de octubre pasado, que puede haber terminado con una suba de precios igual o superior que la de septiembre. La inflación había alcanzado un pico en el mes de julio, con un índice del 7,4%, que descendió al 7% en agosto y al 6,2% en septiembre. Esa curva descendente puede revertirse con el resultado que revele en los próximos días el INDEC. Es un hecho que en la perspectiva del 2022 la inflación anual se acerque al 100%. No hay ingreso popular (salarios, jubilaciones o subsidios personales) que se acerque a ese nivel de evolución, expresión de la depreciación del dinero en la Argentina. Muy pocos trabajadores y trabajadoras en organizaciones gremiales que han tenido capacidad de negociación colectiva para defenderse de la evolución de los precios pueden igualar o superar ese indicador La mayoría de los ingresos populares fijos, sean salarios jubilaciones o planes sociales, no cubrirán de ninguna manera una canasta de precios que en promedio…
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Brasil y Argentina como expresión de regresividad en el capitalismo A propósito del triunfo de Lula

Es relevante el resultado electoral en Brasil del domingo 30 de octubre. Lula con casi sesenta millones de votantes será nuevamente presidente de Brasil, claro que su rival, el ultraderechista Bolsonaro, obtuvo apenas un par de millones de votos menos, constituyendo así una fuerza política de masas, con importante peso parlamentario y en las principales gobernaciones del país, casos de Río de Janeiro, San Pablo o Río Grande do Sul. Esa diferencia mínima augura un futuro complejo, especialmente en lo relativo a la situación económica y política del gigante del cono sur de América. La regresividad en el capitalismo brasileño será difícil de modificar, salvo que se desarrolle una fuerza política popular organizada y movilizada. Será interesante observar lo que acontecerá a futuro en ese país y considerar cuáles serán los vínculos y potencialidades de la relación de Brasil con la Argentina y el resto de la región latinoamericana y caribeña. No resultaron empáticas las relaciones bilaterales en estos años, entre Bolsonaro y Fernández, con destrato simétricos, más allá de ser ambos socios comerciales de peso entre sí y asociados en una estructura económico social de fortalecimiento de la primarización y la extranjerización. Hay cierto paralelismo entre Brasil y Argentina.…
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