La lucha por el socialismo debe ser antirracista y antipatriarcal, o no será victoriosa

En este 8 de Marzo, la Sociedad Latinoamericana de Economía Política y Pensamiento Crítico (SEPLA) viene nuevamente a sumarse a la lucha de todas las mujeres por el fin de la división sexual del trabajo basada en la explotación del trabajo femenino y por el fin de la violencia contra nuestros cuerpos, nuestras mentes y nuestras vidas.

Nos sumamos a las protestas organizadas por mujeres en todo el mundo y en todas las regiones de Nuestra América; a su enfrentamiento a los gobiernos de ultraderecha y a los golpes de Estado; al coraje de denunciar la violencia y el acoso al que somos sometidas a diario; a la lucha por la legalización del aborto y por el reconocimiento social del cuidado; a la huelga internacional de mujeres.

Las mujeres en el orbe realizamos 12,5 mil millones de horas de trabajo de cuidado no pagado todos los días. somos responsables por más del 75% del trabajo de cuidado no pagado en el mundo y por más del 60% de la venta de fuerza de trabajo para trabajo de cuidado (OXFAM, 2019). Sin este trabajo no se da la reproducción humana. Y, de ser no pagado o subvalorado -en una sociedad binaria en la que lo que se asocia al femenino es menos valorizado que lo que se asocia al masculino-, es fundamental para la reproducción capitalista al disminuir el valor de la fuerza de trabajo en general y de las mujeres en particular.

Esta subvaloración incide en mayor grado sobre las mujeres no-blancas, que a traves de la explotación colonial y de la esclavización han sido base del surgimiento, expansión y reproduccioón del capitalismo en el mundo.

La división social del trabajo existe nada más en su concretud, en sus muchas dimensiones, como división sexual del trabajo, división racial del trabajo, división territorial del trabajo, división etarea, etc. El capitalismo es racista y patriarcal. Y la lucha en contra del capitalismo debe ser antirracista y antipatriarcal.

El 80% de lxs trabajadorxs domésticxs asalariadxs en el mundo somos mujeres, y 9 entre 10

no tienen acceso a ningun derecho laboral. Las ramas conectadas al cuidado son casi las únicas

en las que mujeres pueden vender su fuerza de trabajo, precisamente porque este es

de-historicizado y naturalizado socialmente como su responsabilidad. Casi el 60% del ejército

industrial de reserva se compone de mujeres (OIT, 2018), Latinoamérica es formalmente la región

más letal en el mundo para las mujeres (ONU, 2019). El 2018 se registraron en Nuestra América

más de 3 500 feminicidios, es decir, más de 9 al día, aunque estos datos sean ampliamente

subestimados. Hasta el 53% de las mujeres en 12 paises latinoamericanos han relatado haber sufrido violencia física o sexual por un compañero íntimo en una encuesta realizada por la OMS.

La posibilidad de decisión sobre nuestros propios cuerpos y sobre nuestras propias vidas no existe

para las mujeres y el aborto es ilegal para el 90% de las mujeres latinoamericanas, lo que afecta precisamente a las más pobres y en mayor medida a las no-blancas. Las mujeres negras en particular han tenido sus hijxs historicamente arrancadxs y esclavizadxs en pro de la producción de mercancías.

Somos socializadas para ser objecto del deseo sexual y de la reproducción material y afectiva de la vida de los hombres. En el mejor de los casos, para reconocermos como existentes o válidas nomás en la medida que seamos esposas y/o madres. Esta desvalorización social atraviesa la ética capitalista, la reproducción de la vida y la construcción de los deseos de las mujeres mismas puesto que el patriarcado y la misoginia son dimensiones estructurantes de la reproducción material y no sólo un aspecto cultural aislado.

A la vez, repetimos: de no ser siempre mercantilizado, el cuidado y lo que se asocia al femenino crean prácticas solidarias y comunitarias que pueden servir como germen para nuevas construcciones societarias en la lucha anticapitalista. Seguimos incorporándolas a las luchas, lo que es un potente caudal para el enfrentamiento a la mercantilización.

No somos las mujeres que debemos desaprender el cuidado, sino los hombres que deben aprenderlo.

Repetimos: Las mujeres luchamos en todos los espacios de la vida. Luchamos a diario para nutrir y hacer sobrevivir a la humanidad, en momentos de ofensiva burguesa contra la clase trabajadora y profundización capitalista-neoliberal. El rasgo neoconservador necesario a la reconfiguración capitalista profundiza la división sexual, racial y territorial del trabajo.

Historicamente, el 8 de Marzo fue la fecha de la histórica huelga de mujeres que precipitó en el Imperio Ruso el inicio de la Revolución de Febrero. Quedó así como fecha del Día Internacional de Lucha de las Mujeres que había sido propuesto siete años antes por el movimiento socialista de la II Internacional en la 2a Conferencia Internacional de Mujeres.

La lucha por el socialismo debe ser antirracista y antipatriarcal, o no será victoriosa.

Nuestra América, 08 de Marzo del 2020.

SEPLA

Junta Directiva

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