Declaración de México “20 años de SEPLA”
Bajo el título “Crítica y resistencia a la ofensiva capitalista” sesionó entre el 10 y el 13 de marzo de 2025, en el Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en la Ciudad de México, el Seminario que congregó a cerca de noventa participantes, de 13 países, de manera presencial y a distancia.
El debate propiciaba la consideración crítica del orden capitalista en el trayecto de la fundación de SEPLA hasta el presente (2005-25) y sus perspectivas futuras.
Participantes de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, Ecuador, España, Estados Unidos, Francia, Guatemala, Italia, México, Paraguay y Uruguay actualizamos un diagnóstico de la compleja situación del capitalismo contemporáneo en crisis, al tiempo que se evaluaron las experiencias de lucha y resistencia en contra del régimen del capital y el imperialismo.
Gran parte de las 90 ponencias y los debates sostenidos en 15 mesas de trabajo, pueden seguirse en: https://sepla21.org/seminario-20-anos-de-sepla-2005-2025-critica-y-resistencia-a-la-ofensiva-capitalista/
Los debates trataron de actualizar las formas que asume la explotación de la fuerza de trabajo, especialmente luego de la pandemia, la aceleración de la digitalización de la economía y el trabajo remoto; tanto como el saqueo de los bienes comunes.
Al mismo tiempo se consideraron las resistencias y experiencias que se asumen como alternativa al capitalismo.
En rigor, se discutió como pensar la lucha de clases actual en la temporalidad de las últimas dos décadas, junto a los desafíos del porvenir para los pueblos, asumiendo la propuesta originaria de SEPLA por articular a la intelectualidad crítica y al movimiento popular para sustentar un proyecto de emancipación social.
Ofensivas reaccionarias y de restauración conservadoras
El seminario “20 años de la SEPLA” valoró los propósitos iniciales sustentados en el 2005, momento de auge de la lucha popular en la región contra el neoliberalismo y el capitalismo, por reinstalar la perspectiva por el socialismo.
Un tiempo que a mediados de la primera década del Siglo XXI animaba cambios políticos y expectativas esperanzadas de transformación socioeconómica profunda.
Nuestros objetivos fundacionales remitían a la necesaria articulación entre “pensamiento crítico” y “movimiento popular”, en la perspectiva de promover nuevas síntesis teórico-prácticas para la emancipación y la revolución en la región latinoamericana y caribeña.
Eran tiempos en los que se recuperaba la lucha por el “socialismo”, a pesar de los agoreros que sustentaban el “fin de las ideologías, de la historia y del marxismo”. Cuba y su experiencia por el socialismo se validaba en novedosos procesos de integración no subordinada, alejando el objetivo de aislamiento del bloqueo estadounidense.
La región recuperaba el proyecto de una “patria grande”, derrotado a mano de las “patrias chicas” dependientes, subordinadas a la lógica del capital desde las luchas por la independencia. Recreaba la posibilidad de discutir una estrategia de desarrollo en confrontación con la organización capitalista.
A 20 años de aquel momento histórico de condensación de una acumulación de poder popular contra la lógica neoliberal del capitalismo, la cruda realidad nos devuelve una nueva oleada de la ofensiva reaccionaria y conservadora del capital concentrado y transnacionalizado.
Una ofensiva que hoy se expresa en gobiernos de ultraderecha, que ejercen el poder con una violencia inusitada y potencian una agenda contra los derechos conquistados por las luchas del movimiento obrero, los feminismos populares, los movimientos sociales y nuestros pueblos.
Se expresa la ofensiva en un rumbo que consolida el modelo productivo y de desarrollo asentado en la primarización de las exportaciones, la provisión de materias primas a las transnacionales del sistema mundial, ratificando el tradicional papel de la región en la división internacional del trabajo, agudizando los problemas de desigualdad y empobrecimiento extendido von concentración de la riqueza.
Lo hacen en un clima de preocupante endeudamiento público, de las empresas y de las familias, favoreciendo una lógica especulativa dirigida por la dinámica del capital ficticio, interviniendo en las esferas de la producción y la circulación.
Favorecen lógicas de disputa del consenso social agravando sanciones a países que intentan rumbos no subordinados, que en la región se manifiestan en Cuba, Venezuela o Nicaragua, qué convocan a la lucha solidaria de los pueblos en contra de la prepotencia imperialista.
En contraposición a ese fenómeno de la dominación capitalista se extiende la resistencia y la conformación de movimientos en repudio a los organismos internacionales y sus programas liberalizadores, a los proyectos y propuestas de las clases dominantes, de capitales locales o externos.
Dicen desde la cúpula del poder y las derechas gobernantes combatir la intervención del Estado y avanzan con la coerción pública incrementando gastos de seguridad y defensa para garantizar políticas de privatización del capital público y mercantilización de la vida cotidiana, afectando derechos sociales a la alimentación, la educación, la salud, la previsión y seguridad social, la energía, etc.
Resulta coherente con la tendencia a la militarización y la guerra que hoy se manifiesta en Europa o Medio Oriente, con el genocidio sobre el pueblo de Palestina, que repudiamos, o el incremento del gasto militar de Europa para sostener a la OTAN y la amenaza de guerra nuclear que repudiamos.
La carrera armamentista resulta estimulada por los capitales de la industria militar y la voracidad de conquista de territorios y pueblos para la extensión y reproducción del régimen del capital. Nuevos vientos de guerra amenazan las perspectivas de un mundo de paz y esteriliza enormes esfuerzos productivos para la destrucción, cuando debieran destinarse a una mejora de las condiciones de vida de los pueblos.
Proponen reaccionarios proyectos de reforma laboral, previsional o tributaria, asentados en el ajuste fiscal en contra del gasto social que atiende derechos históricamente conquistados y que empobrece a la mayoría de nuestras sociedades. Todo en aras de restablecer tasas de ganancias para la acumulación esperada del capital concentrado.
Sustentan guerras militares, económicas, comerciales o financieras, destacando en la coyuntura la promoción de aranceles con impactos regresivos por su inducción a la suba de precios y el deterioro de las condiciones de vida de la población empobrecida.
Es cierto que el panorama político de la región es diverso y existen procesos nacionales que sustentan una crítica a la hegemonía liberalizadora y de ultraderecha, que son producto de las resistencias sociales locales.
En ese sentido valoramos muy positivamente los triunfos electorales de Claudia Sheimbaum en México y de Yamandú Orsi en Uruguay. En el caso de México se trata de la primera mujer que ha llegado a la presidencia que reconoce el que no llega sola, “llegamos todas”, propone la construcción del segundo piso de la cuarta transformación y sostiene una firme oposición a los ataques provenientes de los Estados Unidos contra la soberanía y los derechos de su país. En el caso de Yamandú Orsi, este accede a la presidencia luego de cinco años de un gobierno de una coalición de derecha y ultraderecha, que en todo momento priorizo a los capitalistas frente a los trabajadores, que perdieron ingresos y derechos laborales. Este cuarto gobierno del Frente Amplio buscará retomar el camino del desarrollo productivo con justicia social y profundización democrática definido en su Programa.
Son procesos que habilitan expectativas esperanzadoras si afianzan un rumbo de confrontación a la hegemonía reaccionaria de las derechas que lidera la gestión estadounidense.
La confrontación con la política estadounidense requiere retomar la perspectiva de integración no subordinada que construyeron en los primeros 2000 las luchas populares en contra de la liberalización junto a gobiernos que ensayaron nuevas formas de integración que excluían a Estados Unidos y a Canadá.
Lucha contra la hegemonía y por la revolución
Existe una fuerte tendencia al ajuste fiscal y a la regresiva reestructuración socioeconómica que se asienta en la disputa por la hegemonía del orden mundial.
Se trata de un proceso asociado al nuevo poder global de China en la producción y circulación mundial, incluso en la frontera tecnológica de la revolución de las fuerzas productivas actuales.
Es una dinámica que provoca la reacción del hegemón estadounidense en un intento, bajo la gestión Trump, para recomponer el poder imperialista y estimular una concepción de discriminación y racismo que se manifiesta en la persecución de los inmigrantes a los que se tratan de identificar masivamente como delincuentes.
Lo hace forzando las propias reglas internacionales del orden capitalista, sea en su propuesta de apropiación del Canal de Panamá, de Groenlandia o Canadá, renombrando al Golfo de México, o estimulando la lógica arbitraria de las sanciones unilaterales y la guerra arancelaria.
Pero también actúa la política exterior estadounidense en la reestructuración de las relaciones internacionales, afectando al “occidente capitalista”, especialmente a Europa, a quienes induce a una mayor subordinación a la lógica emanada desde Washington.
Asistimos a una reestructuración del orden mundial y desde la SEPLA retomamos nuestro desafío por sistematizar teóricamente las experiencias de resistencia y construcción de nuevos imaginarios sociales en contra del capitalismo, del imperialismo y del colonialismo, como de toda forma de racismo, machismo y discriminación.
Ello incluye discutir la propuesta por el socialismo, luego de las experiencias realizadas en su nombre, las que deben ser estudiadas con mayor precisión.
Se trata de renovar y precisar el rumbo de la construcción social por el socialismo en nuestro tiempo.
La iniciativa de las clases dominantes convoca a la articulación de las iniciativas fragmentadas por el poder popular, que animen un nuevo tiempo de revolución.
Aludimos a las resignificadas luchas del clasismo en el movimiento obrero y de trabajadoras y trabajadores, del indigenismo y los feminismos populares, del ambientalismo anticapitalista y diversas expresiones de lucha popular, quienes levantan en conjunto el programa de las transformaciones necesarias y sus reivindicaciones.
Constituir esta subjetividad en programa articulado y fuerza política de la revolución es una tarea de época.
Recrear el clima ideológico y político por la revolución es nuestra tarea, ante la ofensiva capitalista de cuño neoliberal, la que se ensayó en nuestros territorios del sur de América bajo dictaduras cívico militares y que se terminó de consolidar con el derrumbe del socialismo en el este de Europa.
Desde la SEPLA somos conscientes de la ofensiva del capital y de la ultraderecha sobre las trabajadoras, los trabajadores y los pueblos, tanto como la forma cada vez más agresiva y autoritaria que asumen gobiernos de ultraderecha, quienes recuerdan tristemente la orientación fascista que amenazó a la humanidad hace un siglo.
Nuestra insistencia en la articulación de la organización y prácticas populares con el pensamiento crítico y una propuesta por la revolución apunta a reconstruir subjetividad consciente para instalar un programa de transformaciones sociales en contra del capitalismo.
La propuesta es por otro orden socioeconómico sustentado en la solidaridad, la cooperación social y la des-mercantilización de las relaciones sociales.
Existe una amplitud de formas no mercantiles que anticipan un orden social confrontado con la lógica del mercado, que se sustenta en la producción de bienes y servicios para el consumo, contradiciendo la lógica mayoritaria por la producción de bienes de cambio. Son al mismo tiempo una forma de contrarrestar la agresión sobre la naturaleza de un modelo productivo destructivo, que bajo el mensaje del desarrollo promueve la devastación explicitada en el cambio climático.
Somos conscientes que se trata de una batalla de ideas, por una cultura alternativa que revoluciona la cotidianeidad. Es una cuestión de proyecto alternativo, que, mirando al futuro de emancipación, construye y afianza desde ahora las resistencias a la ofensiva del capital y de las ultraderechas.
Nuestro mensaje se dirige al movimiento popular y a la intelectualidad revolucionaria para intervenir creativamente en un proceso de cambio de la correlación de fuerzas en la región y en el mundo, a favor de una iniciativa popular que reconstruya el poder de los trabajadores, de las trabajadoras y de los pueblos para la revolución contra el orden capitalista y por el socialismo.
La importante participación de jóvenes en este cónclave de SEPLA, nos anima a continuar en la construcción de nuestra iniciativa, como red regional, organizando capítulos nacionales que potencien la relación entre movimiento popular e intelectualidad crítica y se vincule globalmente con otras iniciativas similares.
A la ofensiva capitalista y de la ultraderecha le oponemos nuestra voluntad por contribuir a recomponer y recuperar la tradición histórica de la lucha de explotados, oprimidos, discriminados y excluidos por el régimen del capital en pos de una nueva forma de vivir en defensa de la vida social y natural.
Con la tradición del optimismo en la lucha y organización popular, la SEPLA recrea su proyecto iniciado hace dos décadas y se propone contribuir a generar las condiciones de posibilidad para hacer realidad la emancipación social en nuestra América.
Sostuvimos el 29 de octubre del 2005, en la fundación de SEPLA:
“Precisamos de un desarrollo que privilegie la verdadera inclusión social, la universalización de servicios y bienes públicos, la eliminación de las desigualdades, la elevación de la calidad de vida, y la integración de los pueblos hermanos que rescate la soberanía, dignidad y altivez de nuestro continente. Para ello es preciso trabar una dura lucha contra el neoliberalismo, la ortodoxia económica y contra todas las formas de imperialismo.
Es necesario finalmente convocar a los pueblos latinoamericanos para que se levanten contra todas las formas de opresión, de explotación y de imperialismo como acontece en algunos países cuyas poblaciones
han promovido luchas libertarias, y destituido gobiernos conniventes, mentirosos y corruptos.
La continuidad y profundización de esa lucha es indispensable para que el continente latinoamericano retome su dignidad y soberanía y promueva la convivencia de sus etnias, y pueblos haciendo su historia con sus propias manos.”
Reivindicamos aquellos propósitos y nos proponemos continuar, profundizar y renovar nuestros esfuerzos por hacerlos realidad en conjunto con la organización y lucha popular.
https://sepla21.org/declaracion-de-mexico-20-anos-de-sepla/Capítulo ChileBajo el título “Crítica y resistencia a la ofensiva capitalista” sesionó entre el 10 y el 13 de marzo de 2025, en el Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en la Ciudad de México, el Seminario que congregó a cerca de noventa participantes,...Capítulo Chile SEPLACapítulo Chile
SEPLAseplachileposts@sepla21.orgAuthorSEPLAEl debate propiciaba la consideración crítica del orden capitalista en el trayecto de la fundación de SEPLA hasta el presente (2005-25) y sus perspectivas futuras.
Participantes de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, Ecuador, España, Estados Unidos, Francia, Guatemala, Italia, México, Paraguay y Uruguay actualizamos un diagnóstico de la compleja situación del capitalismo contemporáneo en crisis, al tiempo que se evaluaron las experiencias de lucha y resistencia en contra del régimen del capital y el imperialismo.
Gran parte de las 90 ponencias y los debates sostenidos en 15 mesas de trabajo, pueden seguirse en: https://sepla21.org/seminario-20-anos-de-sepla-2005-2025-critica-y-resistencia-a-la-ofensiva-capitalista/
Los debates trataron de actualizar las formas que asume la explotación de la fuerza de trabajo, especialmente luego de la pandemia, la aceleración de la digitalización de la economía y el trabajo remoto; tanto como el saqueo de los bienes comunes.
Al mismo tiempo se consideraron las resistencias y experiencias que se asumen como alternativa al capitalismo.
En rigor, se discutió como pensar la lucha de clases actual en la temporalidad de las últimas dos décadas, junto a los desafíos del porvenir para los pueblos, asumiendo la propuesta originaria de SEPLA por articular a la intelectualidad crítica y al movimiento popular para sustentar un proyecto de emancipación social.
Ofensivas reaccionarias y de restauración conservadoras
El seminario “20 años de la SEPLA” valoró los propósitos iniciales sustentados en el 2005, momento de auge de la lucha popular en la región contra el neoliberalismo y el capitalismo, por reinstalar la perspectiva por el socialismo.
Un tiempo que a mediados de la primera década del Siglo XXI animaba cambios políticos y expectativas esperanzadas de transformación socioeconómica profunda.
Nuestros objetivos fundacionales remitían a la necesaria articulación entre “pensamiento crítico” y “movimiento popular”, en la perspectiva de promover nuevas síntesis teórico-prácticas para la emancipación y la revolución en la región latinoamericana y caribeña.
Eran tiempos en los que se recuperaba la lucha por el “socialismo”, a pesar de los agoreros que sustentaban el “fin de las ideologías, de la historia y del marxismo”. Cuba y su experiencia por el socialismo se validaba en novedosos procesos de integración no subordinada, alejando el objetivo de aislamiento del bloqueo estadounidense.
La región recuperaba el proyecto de una “patria grande”, derrotado a mano de las “patrias chicas” dependientes, subordinadas a la lógica del capital desde las luchas por la independencia. Recreaba la posibilidad de discutir una estrategia de desarrollo en confrontación con la organización capitalista.
A 20 años de aquel momento histórico de condensación de una acumulación de poder popular contra la lógica neoliberal del capitalismo, la cruda realidad nos devuelve una nueva oleada de la ofensiva reaccionaria y conservadora del capital concentrado y transnacionalizado.
Una ofensiva que hoy se expresa en gobiernos de ultraderecha, que ejercen el poder con una violencia inusitada y potencian una agenda contra los derechos conquistados por las luchas del movimiento obrero, los feminismos populares, los movimientos sociales y nuestros pueblos.
Se expresa la ofensiva en un rumbo que consolida el modelo productivo y de desarrollo asentado en la primarización de las exportaciones, la provisión de materias primas a las transnacionales del sistema mundial, ratificando el tradicional papel de la región en la división internacional del trabajo, agudizando los problemas de desigualdad y empobrecimiento extendido von concentración de la riqueza.
Lo hacen en un clima de preocupante endeudamiento público, de las empresas y de las familias, favoreciendo una lógica especulativa dirigida por la dinámica del capital ficticio, interviniendo en las esferas de la producción y la circulación.
Favorecen lógicas de disputa del consenso social agravando sanciones a países que intentan rumbos no subordinados, que en la región se manifiestan en Cuba, Venezuela o Nicaragua, qué convocan a la lucha solidaria de los pueblos en contra de la prepotencia imperialista.
En contraposición a ese fenómeno de la dominación capitalista se extiende la resistencia y la conformación de movimientos en repudio a los organismos internacionales y sus programas liberalizadores, a los proyectos y propuestas de las clases dominantes, de capitales locales o externos.
Dicen desde la cúpula del poder y las derechas gobernantes combatir la intervención del Estado y avanzan con la coerción pública incrementando gastos de seguridad y defensa para garantizar políticas de privatización del capital público y mercantilización de la vida cotidiana, afectando derechos sociales a la alimentación, la educación, la salud, la previsión y seguridad social, la energía, etc.
Resulta coherente con la tendencia a la militarización y la guerra que hoy se manifiesta en Europa o Medio Oriente, con el genocidio sobre el pueblo de Palestina, que repudiamos, o el incremento del gasto militar de Europa para sostener a la OTAN y la amenaza de guerra nuclear que repudiamos.
La carrera armamentista resulta estimulada por los capitales de la industria militar y la voracidad de conquista de territorios y pueblos para la extensión y reproducción del régimen del capital. Nuevos vientos de guerra amenazan las perspectivas de un mundo de paz y esteriliza enormes esfuerzos productivos para la destrucción, cuando debieran destinarse a una mejora de las condiciones de vida de los pueblos.
Proponen reaccionarios proyectos de reforma laboral, previsional o tributaria, asentados en el ajuste fiscal en contra del gasto social que atiende derechos históricamente conquistados y que empobrece a la mayoría de nuestras sociedades. Todo en aras de restablecer tasas de ganancias para la acumulación esperada del capital concentrado.
Sustentan guerras militares, económicas, comerciales o financieras, destacando en la coyuntura la promoción de aranceles con impactos regresivos por su inducción a la suba de precios y el deterioro de las condiciones de vida de la población empobrecida.
Es cierto que el panorama político de la región es diverso y existen procesos nacionales que sustentan una crítica a la hegemonía liberalizadora y de ultraderecha, que son producto de las resistencias sociales locales.
En ese sentido valoramos muy positivamente los triunfos electorales de Claudia Sheimbaum en México y de Yamandú Orsi en Uruguay. En el caso de México se trata de la primera mujer que ha llegado a la presidencia que reconoce el que no llega sola, “llegamos todas”, propone la construcción del segundo piso de la cuarta transformación y sostiene una firme oposición a los ataques provenientes de los Estados Unidos contra la soberanía y los derechos de su país. En el caso de Yamandú Orsi, este accede a la presidencia luego de cinco años de un gobierno de una coalición de derecha y ultraderecha, que en todo momento priorizo a los capitalistas frente a los trabajadores, que perdieron ingresos y derechos laborales. Este cuarto gobierno del Frente Amplio buscará retomar el camino del desarrollo productivo con justicia social y profundización democrática definido en su Programa.
Son procesos que habilitan expectativas esperanzadoras si afianzan un rumbo de confrontación a la hegemonía reaccionaria de las derechas que lidera la gestión estadounidense.
La confrontación con la política estadounidense requiere retomar la perspectiva de integración no subordinada que construyeron en los primeros 2000 las luchas populares en contra de la liberalización junto a gobiernos que ensayaron nuevas formas de integración que excluían a Estados Unidos y a Canadá.
Lucha contra la hegemonía y por la revolución
Existe una fuerte tendencia al ajuste fiscal y a la regresiva reestructuración socioeconómica que se asienta en la disputa por la hegemonía del orden mundial.
Se trata de un proceso asociado al nuevo poder global de China en la producción y circulación mundial, incluso en la frontera tecnológica de la revolución de las fuerzas productivas actuales.
Es una dinámica que provoca la reacción del hegemón estadounidense en un intento, bajo la gestión Trump, para recomponer el poder imperialista y estimular una concepción de discriminación y racismo que se manifiesta en la persecución de los inmigrantes a los que se tratan de identificar masivamente como delincuentes.
Lo hace forzando las propias reglas internacionales del orden capitalista, sea en su propuesta de apropiación del Canal de Panamá, de Groenlandia o Canadá, renombrando al Golfo de México, o estimulando la lógica arbitraria de las sanciones unilaterales y la guerra arancelaria.
Pero también actúa la política exterior estadounidense en la reestructuración de las relaciones internacionales, afectando al “occidente capitalista”, especialmente a Europa, a quienes induce a una mayor subordinación a la lógica emanada desde Washington.
Asistimos a una reestructuración del orden mundial y desde la SEPLA retomamos nuestro desafío por sistematizar teóricamente las experiencias de resistencia y construcción de nuevos imaginarios sociales en contra del capitalismo, del imperialismo y del colonialismo, como de toda forma de racismo, machismo y discriminación.
Ello incluye discutir la propuesta por el socialismo, luego de las experiencias realizadas en su nombre, las que deben ser estudiadas con mayor precisión.
Se trata de renovar y precisar el rumbo de la construcción social por el socialismo en nuestro tiempo.
La iniciativa de las clases dominantes convoca a la articulación de las iniciativas fragmentadas por el poder popular, que animen un nuevo tiempo de revolución.
Aludimos a las resignificadas luchas del clasismo en el movimiento obrero y de trabajadoras y trabajadores, del indigenismo y los feminismos populares, del ambientalismo anticapitalista y diversas expresiones de lucha popular, quienes levantan en conjunto el programa de las transformaciones necesarias y sus reivindicaciones.
Constituir esta subjetividad en programa articulado y fuerza política de la revolución es una tarea de época.
Recrear el clima ideológico y político por la revolución es nuestra tarea, ante la ofensiva capitalista de cuño neoliberal, la que se ensayó en nuestros territorios del sur de América bajo dictaduras cívico militares y que se terminó de consolidar con el derrumbe del socialismo en el este de Europa.
Desde la SEPLA somos conscientes de la ofensiva del capital y de la ultraderecha sobre las trabajadoras, los trabajadores y los pueblos, tanto como la forma cada vez más agresiva y autoritaria que asumen gobiernos de ultraderecha, quienes recuerdan tristemente la orientación fascista que amenazó a la humanidad hace un siglo.
Nuestra insistencia en la articulación de la organización y prácticas populares con el pensamiento crítico y una propuesta por la revolución apunta a reconstruir subjetividad consciente para instalar un programa de transformaciones sociales en contra del capitalismo.
La propuesta es por otro orden socioeconómico sustentado en la solidaridad, la cooperación social y la des-mercantilización de las relaciones sociales.
Existe una amplitud de formas no mercantiles que anticipan un orden social confrontado con la lógica del mercado, que se sustenta en la producción de bienes y servicios para el consumo, contradiciendo la lógica mayoritaria por la producción de bienes de cambio. Son al mismo tiempo una forma de contrarrestar la agresión sobre la naturaleza de un modelo productivo destructivo, que bajo el mensaje del desarrollo promueve la devastación explicitada en el cambio climático.
Somos conscientes que se trata de una batalla de ideas, por una cultura alternativa que revoluciona la cotidianeidad. Es una cuestión de proyecto alternativo, que, mirando al futuro de emancipación, construye y afianza desde ahora las resistencias a la ofensiva del capital y de las ultraderechas.
Nuestro mensaje se dirige al movimiento popular y a la intelectualidad revolucionaria para intervenir creativamente en un proceso de cambio de la correlación de fuerzas en la región y en el mundo, a favor de una iniciativa popular que reconstruya el poder de los trabajadores, de las trabajadoras y de los pueblos para la revolución contra el orden capitalista y por el socialismo.
La importante participación de jóvenes en este cónclave de SEPLA, nos anima a continuar en la construcción de nuestra iniciativa, como red regional, organizando capítulos nacionales que potencien la relación entre movimiento popular e intelectualidad crítica y se vincule globalmente con otras iniciativas similares.
A la ofensiva capitalista y de la ultraderecha le oponemos nuestra voluntad por contribuir a recomponer y recuperar la tradición histórica de la lucha de explotados, oprimidos, discriminados y excluidos por el régimen del capital en pos de una nueva forma de vivir en defensa de la vida social y natural.
Con la tradición del optimismo en la lucha y organización popular, la SEPLA recrea su proyecto iniciado hace dos décadas y se propone contribuir a generar las condiciones de posibilidad para hacer realidad la emancipación social en nuestra América.
Sostuvimos el 29 de octubre del 2005, en la fundación de SEPLA:
“Precisamos de un desarrollo que privilegie la verdadera inclusión social, la universalización de servicios y bienes públicos, la eliminación de las desigualdades, la elevación de la calidad de vida, y la integración de los pueblos hermanos que rescate la soberanía, dignidad y altivez de nuestro continente. Para ello es preciso trabar una dura lucha contra el neoliberalismo, la ortodoxia económica y contra todas las formas de imperialismo.
Es necesario finalmente convocar a los pueblos latinoamericanos para que se levanten contra todas las formas de opresión, de explotación y de imperialismo como acontece en algunos países cuyas poblaciones
han promovido luchas libertarias, y destituido gobiernos conniventes, mentirosos y corruptos.
La continuidad y profundización de esa lucha es indispensable para que el continente latinoamericano retome su dignidad y soberanía y promueva la convivencia de sus etnias, y pueblos haciendo su historia con sus propias manos.”
Reivindicamos aquellos propósitos y nos proponemos continuar, profundizar y renovar nuestros esfuerzos por hacerlos realidad en conjunto con la organización y lucha popular.
Dado en la Ciudad de México, Cd.Mx., el 13 de marzo de 2025

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