En respuesta al alza de la tarifa del Metro de Santiago, el lunes 14 de octubre de 2019 se iniciaron las manifestaciones en rechazo a dicha medida. Los estudiantes secundarios lideraron el llamado a ingresar masivamente saltando los accesos sin pagar y bajo la consigna “Evadir es Luchar”. Las protestas fundamentalmente habían concentrado la atención de la acción policial, mientras los personeros del Ministerio del ramo y de Metro, se mantenían en una posición inalterable respecto a discutir la pertinencia de la aplicación del alza. A partir del día jueves, hubo un punto de inflexión cuando los ingresos masivos ocurrieron en diferentes horarios y puntos de la red del Metro. Al día siguiente, se agudizaron las manifestaciones y aumentó la adhesión de distintos sectores de la población, lo que provocó una situación de completo descontrol. Esto llevó a que el Metro suspendiera el servicio indefinidamente.

El rol del Gobierno ha sido clave en contribuir a agudizar el caos. Primero, criminalizando la legítima protesta social por un alza que representa un aumento en el gasto mensual en transporte de más del 10% en el ingreso promedio de más de la mitad de la población; luego, expresando una serie de frases que sólo han contribuido a aumentar el descontento social: el Ministro de Economía, Juan Andrés Fontaine, señaló que “alguien que sale más temprano y toma el metro a las 07 de la mañana, tiene la posibilidad de una tarifa más baja” y el presidente del Panel de Expertos del Transporte Público, Juan Enrique Coeymans, dijo “cuando suben los tomates, el pan, todas las cosas, no hacen ninguna protesta”. Adicionalmente, mientras las calles estaban llenas de manifestantes y el transporte público absolutamente colapsado, el Presidente Piñera disfrutaba de la celebración del cumpleaños de su nieto en un acomodado restaurant de la zona oriente de Santiago. Esta información y fotos de la cena se difundieron por redes sociales, desatando una respuesta mucho más contundente de parte de la población movilizada. Por supuesto, el Gobierno no entregó una solución a la demanda ciudadana sino que aplicó una agresiva medida, decretando Estado de Emergencia en la Región Metropolitana.

Ayer, Santiago amaneció gris y ocupado por tanquetas y camiones cargados de militares. Sin embargo, las personas continuaron movilizándose y manifestándose activamente, expandiéndose a más comunas de la región Metropolitana y al resto del país. Esto condujo a la aplicación del toque de queda a las 22 horas en la Región Metropolitana. Aún así, la población ha desafiado a las fuerzas policiales y

militares, sobrepasando ampliamente el horario límite permitido para transitar por las calles y con fuertes protestas. Esto ha continuado durante el día de hoy (domingo). Incluso, en la comuna de

Ñuñoa de la Región Metropolitana, se ha realizado una manifestación pacífica que se inició a las 12 horas y sobrepasó el horario limite del toque de queda.

La situación no ha sido distinta a lo largo y ancho del país. Las ciudades de Valparaíso, Concepción, Coquimbo también se han visto afectadas por el decreto de Estado de Emergencia y aplicación de toque de queda. En el extremo sur, Punta Arenas, activamente movilizada. En la Araucanía, no sólo los indígenas han salido a las calles, sino que una gran parte de la población, al igual que en todas las ciudades de Chile. El reclamo hoy no está restringido al alza de la tarifa del metro, sino que despertó el malestar de los chilenos por todos los abusos que se han ido sumando en el tiempo. Todo indica que el miedo a la represión desapareció y con ello la necesidad de demandar soluciones a los graves problemas sociales que afectan a la población: los costosos medicamentos y prestaciones de salud, pensiones indignas, mala calidad de educación, deuda universitaria vitalicia, sueldos excesivamente bajos, transporte público deficiente y caro y tarifas en alza de todos los servicios basicos domiciliarios.

Hoy, después de 7 días de movilizaciones, el Gobierno ha decidido congelar el alza de la tarifa del metro y conformar una mesa social que discuta posibles soluciones a las demandas sociales. Sin embargo, el descontento y el malestar social explotaron con fuerza para buscar soluciones y respuestas en el corto plazo. El clamor popular reclama poner fin a los abusos ahora y exige el término inmediato del Estado de Emergencia. Cabe mencionar, que estas movilizaciones han surgido de manera espontánea y no responden en ningún caso a liderazgos de partidos políticos.

El balance hasta hoy de las movilizaciones es de más de 1.600 detenidos, 30 detenidos torturados, 8 personas muertas y 15 civiles graves (con traumas y baleados).

La Sociedad de Economía Política Latinoamericana – SEPLA, se solidariza con el amplio movimiento popular y repudia la fuerte represión ejercida sobre los ciudadanos chilenos que legitimamente se manifiestan en contra de la nueva ofensiva neoliberal en Nuestra América.

Nuestra América, 20 de octubre de 2019.

Comunicado de SEPLA sobre la insurrección popular en Chile

Comunicado en el periodico La Jornada

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