Tres recetas diferentes
La incertidumbre es la norma de la economía mundial y se visibiliza en tres tipos de respuestas “nacionales” ante la situación económica global. Mientras EEUU congela desde la Reserva Federal (FED) la suba de las tasas de interés, el Banco Central Europeo mantiene la política de subas, y China dispone la disminución. Resulta de interés analizar las opciones diferentes de “política económica nacional” ante un cuadro de fuerte incertidumbre mundial.
La economía es mundial y se evidencia en precios internacionales que no tienen en cuenta las distintas productividades, sea el petróleo, la soja, el oro, la tendencia es a fijar precios con indiferencia del costo nacional de producción. La propia tecnología explícita el carácter mundial de la producción, que en la mundialización desplegada en el último medio siglo habilitó un tiempo de apertura económica inusitada, ahora restringido por crecientes sanciones unilaterales, especialmente dispuestas desde Washington.
El aumento de los precios de los alimentos y la energía disparó el alza inflacionaria en el mundo y pese a la complejidad del tema, la ideología dominante, monetarista, pontificó que el asunto es la emisión monetaria, por lo que lanzaron en los últimos dos años una política de incremento de las tasas de interés liderada por la Reserva Federal (FED). Entre otros aspectos, eso explica la crisis bancaria de marzo pasado con cierres de bancos estadounidenses y europeos. Una curiosidad, o no, es que frente a una lógica liberalizadora a ultranza, la respuesta fue de una fortísima intervención estatal para que la crisis no se difundiera hacia el conjunto de los depositantes del sistema bancario.
Por estas horas, la FED discute si volver al aumento de las tasas, lo que podría acelerar el aterrizaje de la economía y un horizonte de recesión. Las secuelas son evidentes en cierres de empresas, problemas de empleo e ingresos de importantes sectores, con impacto en la caída del consumo yu la inversión, sin perjuicio de los problemas que ello deriva en las relaciones comerciales internacionales.
Europa está jugada en una respuesta ortodoxa sustentada en alza de las tasas de interés agravando la desaceleración de su economía, contribuyendo a deteriorar un clima social de protesta que es evidente en la coyuntura francesa y otros países, especialmente de la eurozona. Europa aparece atrapada en la subordinación a la política de sanciones unilaterales ante la guerra en Ucrania.
China es consciente que ya no crece a tasas siderales, aun cuando mantiene una evolución de su economía superior al promedio mundial. Su receta es de bajar las tasas de interés para la promoción de la capacidad productiva y su disputa por un lugar mayor en las relaciones internacionales. China pasó del 1% de su participación en la economía mundial a comienzos del siglo al 18% actual, creciendo en la discusión sobre el destino de la economía mundial.
De este modo, cada uno de los grandes define su política nacional en función de un escenario mundial de incertidumbre. Lo interesante es discutir que hacer desde cada país para tratar de evitar impactos negativos de la situación global sobre su población. Un tema estratégico para países como la Argentina con elevado nivel de endeudamiento e inflación que condiciona la cotidianeidad, más aún en tiempos de renovación de la gestión de gobierno.
Buenos Aires, 6 de julio de 2023
https://sepla21.org/tres-recetas-diferentes-html/Capítulo ArgentinaLa incertidumbre es la norma de la economía mundial y se visibiliza en tres tipos de respuestas “nacionales” ante la situación económica global. Mientras EEUU congela desde la Reserva Federal (FED) la suba de las tasas de interés, el Banco Central Europeo mantiene la política de subas, y China...Julio César GambinaJulio César Gambina
jcgambina@gmail.comAuthorSEPLA
La economía es mundial y se evidencia en precios internacionales que no tienen en cuenta las distintas productividades, sea el petróleo, la soja, el oro, la tendencia es a fijar precios con indiferencia del costo nacional de producción. La propia tecnología explícita el carácter mundial de la producción, que en la mundialización desplegada en el último medio siglo habilitó un tiempo de apertura económica inusitada, ahora restringido por crecientes sanciones unilaterales, especialmente dispuestas desde Washington.
El aumento de los precios de los alimentos y la energía disparó el alza inflacionaria en el mundo y pese a la complejidad del tema, la ideología dominante, monetarista, pontificó que el asunto es la emisión monetaria, por lo que lanzaron en los últimos dos años una política de incremento de las tasas de interés liderada por la Reserva Federal (FED). Entre otros aspectos, eso explica la crisis bancaria de marzo pasado con cierres de bancos estadounidenses y europeos. Una curiosidad, o no, es que frente a una lógica liberalizadora a ultranza, la respuesta fue de una fortísima intervención estatal para que la crisis no se difundiera hacia el conjunto de los depositantes del sistema bancario.
Por estas horas, la FED discute si volver al aumento de las tasas, lo que podría acelerar el aterrizaje de la economía y un horizonte de recesión. Las secuelas son evidentes en cierres de empresas, problemas de empleo e ingresos de importantes sectores, con impacto en la caída del consumo yu la inversión, sin perjuicio de los problemas que ello deriva en las relaciones comerciales internacionales.
Europa está jugada en una respuesta ortodoxa sustentada en alza de las tasas de interés agravando la desaceleración de su economía, contribuyendo a deteriorar un clima social de protesta que es evidente en la coyuntura francesa y otros países, especialmente de la eurozona. Europa aparece atrapada en la subordinación a la política de sanciones unilaterales ante la guerra en Ucrania.
China es consciente que ya no crece a tasas siderales, aun cuando mantiene una evolución de su economía superior al promedio mundial. Su receta es de bajar las tasas de interés para la promoción de la capacidad productiva y su disputa por un lugar mayor en las relaciones internacionales. China pasó del 1% de su participación en la economía mundial a comienzos del siglo al 18% actual, creciendo en la discusión sobre el destino de la economía mundial.
De este modo, cada uno de los grandes define su política nacional en función de un escenario mundial de incertidumbre. Lo interesante es discutir que hacer desde cada país para tratar de evitar impactos negativos de la situación global sobre su población. Un tema estratégico para países como la Argentina con elevado nivel de endeudamiento e inflación que condiciona la cotidianeidad, más aún en tiempos de renovación de la gestión de gobierno.
Buenos Aires, 6 de julio de 2023